El patio estaba vacío,
llorando está la guitarra.
La cabeza en el cristal
espiaba la mañana
y las lágrimas caían
empañando la ventana,
al recordar un amor
que se marchó con el alba.
No llores niña su ausencia,
que volverá a tu ventana,
aquel que robó tus besos
la noche de luna clara.
Aguárdalo en el jardín
que las rosas perfumaban,
aquella noche de abril;
Aquella de luna clara.
No llores niña su ausencia
que volverá a tu ventana;
Aquel que robó tus besos
y se marcho con el alba.
¿Como no había de volver
si la luna le esperaba?