Planté una rosa maldita
florecida de mi llanto.
La planté entre mis suspiros
y la abone con quebrantos.
Creció triste y solitaria
en un jardín mal cuidado,
donde el hastío la agitaba
como un viento macabro.
Y creció desesperada
sobre mis huesos trepando;
Iba buscando la luz
y mi ser fue desgarrando.
Sus espinas retorcidas
en mi alma se clavaron.
y no deja de sangrar
mi corazón marchitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario